Pequeños grandes gestos para evitar la contaminación de nuestros mares

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El pensamiento de que los océanos son un espacio inmenso nos ha llevado a tener una conducta demasiado poco sostenible con ellos.

Lamentablemente, cada día es más palpable que la contaminación producida por el ser humano está llevando a una situación crítica a estas grandes masas de agua que dominan nuestro planeta.

Una conducta responsable por el futuro de nuestros océanos

El primer paso a dar para preservar estos maravillosos ecosistemas es pensar en su fragilidad. La acción de las personas a nivel individual es la clave para dejar un legado de conservación a las futuras generaciones.

Si cada uno de los siete mil millones de personas que habitamos el planeta tuviéramos pequeños gestos respetuosos, podríamos cambiar, no solo la tendencia de degradación que sigue, sino el comportamiento de las empresas y organizaciones a nivel global.

Pero no solo es posible colaborar en la mejora de los ecosistemas marinos con nuestros gestos directos. La educación de los niños es lo que logrará que la preservación sea posible. Lo que cuenta es el legado que dejaremos y eso está en nuestras manos.

Pequeños gestos que ayudan globalmente

Una de las principales fuentes de contaminación de los océanos es la que se produce por los vertidos que se realizan cerca de las costas. La gran mayoría evitables.

Reciclaje de aceites de cocina

Un gesto sencillo que podemos implementar es evitar desechar aceite de cocina por el desagüe. En muchas poblaciones de nuestro país, cada día más, se han colocado contenedores de aceite.

El reciclaje de este producto evita no solo que vaya al mar, sino que además permite que se utilice para la elaboración de biocombustibles.

Disminución de uso de bolsas de plástico

Otro de los grandes problemas de nuestros océanos es la contaminación por plásticos. Innumerables cantidades terminan cada año en los mares.

Evitar este problema está en nuestras manos, si consumimos productos con menos embalajes o con aquellos que son biodegradables.

También las autoridades se han tomado muy en serio esta problemática con medidas como la prohibición de la distribución de bolsas gratuitas en los comercios.

Utilización de cosméticos responsables

No todos los gestos que podemos hacer nos parecen tan claros y directos. En nuestra higiene diaria hay productos que pueden contribuir a incrementar la contaminación marina.

Por si no lo sabías los limpiadoras faciales que contienen las llamadas microesferas pueden ser una fuente de contaminación.

Esto es así porque en la mayoría de los productos estas microesferas están fabricadas con un polímero plástico que no es biodegradable y que termina acumulándose en los tejidos de los animales marinos desde los más pequeños hasta los más grandes.

Sin embargo, si optas por productos de limpieza que en lugar de esferas plásticas contengan elementos exfoliantes naturales, como por ejemplo los granos de café, evitarás incrementar este problema.

Metales pesados bioacumulables

Además de los residuos plásticos también están los residuos tecnológicos. Como por ejemplo las pilas.

En la actualidad la inmensa mayoría de ellas ya no contienen mercurio o plomo, pero aún así contienen cantidades muy pequeñas de compuestos que pueden resultar tóxicos para la vida marina.

Procura depositar estos residuos en su contenedor de reciclaje para que sean tratados de una manera correcta y evitar que terminen el mar.

El futuro de los mares pasa por nuestras manos

Tal y como hemos visto nuestros gestos diarios acumulados a lo largo del tiempo y reproducidos por millones de personas tienen un claro efecto en los océanos.

Sin embargo reproducir conductas sostenibles y respetuosas puede romper el círculo vicioso actual y permitir que en un futuro el mar recobre plenamente su salud. Hagámoslo por su futuro y el de las futuras generaciones.

 

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